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4 acciones básicas que arruinan la psique de un niño: acusar, avergonzar, condenar, devaluar

Los espejos rotos del alma de un niño son una metáfora para cuatro acciones destructivas.
Cada padre, presente y futuro, sueña con criar una persona feliz, segura y armoniosa. Nos esforzamos por dar a nuestros hijos lo mejor, protegerlos de la adversidad y prepararlos para la vida. Sin embargo, a veces, en un intento de educar, enseñar o corregir, realizamos acciones que, como espinillas invisibles, penetran la frágil psique infantil, dejando heridas profundas y sangrantes. Estas heridas pueden no sanar durante años, afectando la autoestima, las relaciones e incluso el éxito en la futura edad adulta.
Hoy hablaremos de cuatro campos de minas que los padres crean inconscientemente en el camino de sus hijos: culpando, afeitando, condenando y depreciando. Estas cuatro acciones parecen mundanas e incluso "educativas" a los ojos de algunas. Pero de hecho, tienen un poder destructivo que puede socavar el fundamento de una personalidad sana.
Entremos en este tema para comprender los mecanismos de estas acciones, aprender a reconocerlas y, lo más importante, encontrar alternativas constructivas que nos ayuden a construir relaciones fuertes y confiables con nuestros hijos basadas en el amor, el respeto y la comprensión.
Acusación: Flujo de autoestima invisible
Imagina un pequeño Misha que accidentalmente rompió el jarrón favorito de su madre. La primera reacción de una madre emocional puede ser un grito: “¡Misha, rompiste el jarrón!” ¿Por qué eres tan torpe? ¡Siempre arruinas algo! ¿Qué oye el niño en este momento? Él escucha no sólo una declaración de hecho, sino una acusación directa, que se convierte inmediatamente en una crítica de su personalidad. En lugar de darse cuenta del error y de la posibilidad de corregir la situación, Misha recibe una etiqueta: "clumsy", "damage".
Es importante entender: La acusación no es sólo una indicación de error. Es el cambio de toda responsabilidad y culpa al niño, a menudo con coloración emocional y generalizaciones que duelen su sentido de sí mismo.
Cuando un niño es constantemente acusado, comienza a creer que es inherentemente malo, culpable, incapaz. Forma lo que se llama "impotencia aprendida"El niño pierde motivación para actuar porque cualquier acción se percibe como una fuente potencial de nueva culpabilidad. Tiene miedo de probar cosas nuevas, cometer errores, expresarse. Como resultado, puede convertirse en un adulto pasivo, ansioso e inseguro que siempre está buscando la culpa y no se hace responsable por el miedo a ser culpado.
¿Cómo evitas la acusación?
- Centrarse en la acción, no en la personalidad: En lugar de “¡Rompiste el jarrón!” dicen “El jarrón se rompió”. A continuación, pasar a la discusión de las consecuencias y posibles soluciones: ¿Cómo podemos arreglar esto? ?
- Use "I-messages": Expresa tus sentimientos sin culpar al niño. “Estoy molesto porque el jarrón, que es muy querido para mí, ha roto. ?
- Sugerir una solución: ¿Cómo podemos evitar esto en el futuro?
- Distinguir entre error y malicia: Los niños suelen cometer errores por accidente, por curiosidad o por falta de experiencia. Culparlos por esto es injusto y contraproducente.
Shame: Un golpe doloroso a la dignidad
La vergüenza es una herramienta que, lamentablemente, se utiliza muy a menudo en la educación, a veces incluso con intenciones bien intencionadas: ¡Mira lo sucio que estás, todo el mundo te mira! "¿Te avergüenzas de comportarte así?", “¡Tantos chicos / chicas grandes no lloran así!”. El propósito de tales frases es hacer que el niño se sienta mal acerca de su comportamiento, esperando que lo cambie para mejor. Pero el efecto es exactamente lo contrario.

La soledad bajo mirada: La vergüenza aisla y hace que el niño se sienta inferior.
La vergüenza golpea en el centro mismo de la personalidad del niño, su sentido de autoestima. Lo hace sentir no sólo mal por el acto, sino una persona “mala” en general. El niño comienza a asociarse con la vergüenza, a creer que no es digno de amor y aceptación. Esto puede llevar a:
- Baja autoestima: El niño se considera indigno, feo, estúpido.
- Isolaciones: Evite la comunicación para no enfrentar nueva vergüenza.
- Perfección: Esfuerza a ser perfecto para evitar el juicio, lo que conduce a un estrés constante.
- Agresión o pasividad: En un intento de protegerse de la vergüenza, el niño puede ser agresivo o completamente autocontenido.
¿Cómo evitas la vergüenza?
- Concéntrate en el comportamiento, no en la personalidad: En vez de "¿Te avergüenzas?", di: "Veo que estás molesto." Pensemos en cómo podríamos haber hecho de manera diferente.
- Explicar las consecuencias, no etiquetarlas: “Cuando gritas, otros se molestan” en lugar de “¡Eres una vergüenza!”
- Enseñar empatía: ¿Cómo crees que se siente la otra persona cuando haces eso?
- Dame la oportunidad de corregir: ¿Qué puedes hacer ahora para remediar la situación?
Un ejemplo de la vida: Una niña en el parque infantil dejó helado. En vez de afeitarla por ser descuidada, su madre dijo: "¡Oh, el helado se ha ido!" Está bien, pasa. Busquemos una servilleta para limpiar los bolígrafos y comprar una nueva. Esto crea una actitud saludable para los errores y enseña a los niños a resolver los problemas de manera constructiva.
Condena: Sentencia sin derecho de apelación
La condena es un paso más allá de la acusación. Si la fiscalía establece el hecho de la culpabilidad, la condena pronuncia la sentencia, poniendo una etiqueta y prediciendo el futuro. ¡Nunca se hace nada! ¡Nunca lo haces! ¡Siempre te equivocas! Estas frases, habladas en los corazones o incluso como una “medida educativa”, tienen un enorme poder destructivo.
La condena priva al niño de la fe en sí mismo y en sus poderes. Mata la iniciativa, el deseo de intentar desarrollarse. El niño comienza a creer que es verdaderamente un “perdedor”, “incapaz”, o “inútil”. Esto conduce a:
- El miedo al fracaso: El niño tiene miedo de empezar algo, no de confirmar el veredicto.
- Falta de motivación: ¿Por qué intentar si “nada va a funcionar” de todos modos?
- Depende de la opinión de otra persona: El niño está constantemente buscando aprobación desde el exterior, porque no tiene su propio núcleo interior.
- Agresión o rebelión: En la adolescencia, la convicción puede provocar una fuerte protesta y un deseo de hacer todo a pesar.
¿Cómo evitas el juicio?
- Centrarse en el proceso, no en el resultado: Alaba el esfuerzo, el esfuerzo, incluso si el resultado no es perfecto. “Puedo ver cómo has intentado construir esta torre!”
- Proporcionar información constructiva: “Podría haber sido hecho diferente para hacerlo más fuerte. ¿Quieres que te muestre cómo?
- Creencia en el potencial del niño: Muestra que crees en sus habilidades, incluso si algo no funciona ahora mismo. Sé lo que puedes hacer si practicas un poco más.
- Separar la acción de la persona: “Hiciste lo malo, pero eres un buen chico. ”

Eliminación del futuro: La condena extingue la luz de la individualidad y el potencial del niño.
Depreciación: sofocación de emociones y sentimientos
La depreciación es quizás la más insidiosa de los cuatro, porque ataca la esencia misma de la existencia humana: el derecho a los sentimientos y emociones. ¿Por qué estás molesta por esas tonterías? “Los chicos no lloran”, “Ningún llorón, nada terrible sucedió”, “Es sólo un juguete, ¿por qué te preocupa tanto? ”
Cuando los padres devaluan los sentimientos de un niño, envían un mensaje claro: “Tus emociones no importan”. Lo que sientes está mal. No tienes derecho a estas experiencias. Esto lleva al niño a aprender a suprimir sus emociones, ignorarlas o a avergonzarse de ellas. A largo plazo, esto puede llevar a:
- Incapacidad de entender y manejar sus emociones: El niño no sabe reaccionar ante el estrés, la tristeza, la ira.
- Enfermedades psicosomáticas: Las emociones reprimidas encuentran su camino a través del cuerpo.
- Problemas de relación: La incapacidad para expresar sentimientos le impide construir relaciones profundas y confiadas.
- Baja empatía: Si mis sentimientos no importan, así que haz los sentimientos de otros.
- Sentimientos de soledad e incomprensión: El niño se siente aislado porque nadie entiende su mundo interior.
¿Cómo evitar la depreciación?
- Reconocimiento y nombre sus sentimientos: "Puedo ver que estás molesto", "Probablemente estás muy enfadado ahora mismo".
- Que el niño viva la emoción: No lo apresures, no lo obligues a “contener”. Quédate cerca.
- Aprende formas constructivas de expresar emociones: “Puedes llorar cuando estés triste”, “Puedes atraer tu ira”, “Respiremos profundamente si estás muy enojada. ”
- Mostrar que todos los sentimientos son normales: No hay sentimientos “buenos” o “malosos”. Lo que importa es cómo los tratamos.
- Comparte tus sentimientos: “Me enojo a veces, está bien. ”
La regla de oro: “Sed equivocados, pero sed honestos con vosotros mismos y con el mundo.” Deje que su hijo cometa errores y experimente toda la gama de emociones. Esta es la base para la formación de una psique sana y estable. La inteligencia emocional es la habilidad clave del siglo XXI, y su desarrollo comienza con el reconocimiento y aceptación de todas las emociones.
Cómo cambiar su enfoque: recomendaciones prácticas y hacks de vida
Saber que estamos haciendo algo malo es el primer paso y más importante. Cambiar los patrones habituales de comportamiento puede ser difícil, pero es absolutamente posible. Aquí están algunos consejos prácticos para ayudarle a construir una relación más sana y más armónica con sus hijos:
1. La atención y la autoobservación
- Mantener un diario: Trate de marcar los momentos durante el día en que te pillas deseando culpar, vergüenza, condenar o devaluar. Escribe tus palabras y la reacción de tu hijo. Esto te ayudará a ver los patrones.
- "Deja de decir": Hable con usted mismo o incluso con su pareja sobre una “palabra de alto” o gesto que le recordará parar antes de decir algo destructivo.
- Pausa: Antes de que reacciones, respira profundo y exhala. Dense unos segundos para pensar en su respuesta.
2. Desarrollar empatía
- Ponte en el lugar de un niño: Imagina que eres una persona pequeña e inexperta que sólo conoce el mundo. ¿Te gustaría ser tratado?
- Audición activa: Cuando un niño habla o comparte experiencias, escucha atentamente, sin interrumpir o juzgar. Muestra que puedes oírlo y entenderlo.
- Reflexión de los sentimientos: Repite las palabras de su hijo o nombre sus sentimientos para que sepan que los ha escuchado. Entiendo que estás molesto, debes haber sido muy herido. ”
3. Comunicación constructiva
- Centrarse en soluciones: En lugar de encontrar a los culpables, concéntrese en cómo solucionar el problema o solucionar la situación.
- Fortalecimiento positivo: Observe y alaba al niño por sus esfuerzos, por iniciativa, por intentos. ¡Bien por probarlo! ¡Puedo ver lo duro que has intentado!
- Tratados y normas: Establecer reglas claras, comprensibles y las consecuencias de su violación. Explique por qué estas reglas son importantes.
- Diálogo abierto: Anime a su hijo a hacer preguntas, expresar su opinión, incluso si es diferente a la suya.
4. Trabajando en ti mismo
- Admitir tus errores: Si dices algo que te arrepientes, discúlpate con tu hijo. Esto le mostrará que está bien estar equivocado y que es importante ser capaz de admitir sus errores.
- Buscar apoyo: Si te resulta difícil hacer frente a las emociones o cambiar los patrones conductuales, busca ayuda de un psicólogo o especialista en paternidad.
- Lectura y aprendizaje: Estudiar la literatura sobre psicología infantil, ver webinars, asistir a los entrenamientos. El conocimiento es poder.
No olvides: Eres un ejemplo importante para tu hijo. La forma en que lo tratas forma su mundo interior y su actitud hacia sí mismo. Que su paternidad sea una fuente de fuerza, confianza y amor para sus hijos, no una causa de trauma oculto y dolor. Invertir en la salud mental de un niño es la inversión más valiosa en su futuro.
Todos cometemos errores. Lo que importa no es que estemos equivocados, sino cómo respondemos a esos errores y cómo aprendemos de ellos. Nuestro objetivo no es llegar a ser padres perfectos, sino ser lo suficientemente bueno, cariñoso y consciente. Los padres que pueden crear un espacio seguro para que su hijo crezca, desarrolle y exprese.
Glosario
Impotencia adquirida
- Un estado psicológico en el que un individuo, enfrentado a acontecimientos negativos recurrentes sobre los cuales no tiene control, deja de hacer intentos de cambiar la situación, incluso si surge tal oportunidad.
"I-mensajes"
- Un método de comunicación en el que el orador expresa sus sentimientos, pensamientos y necesidades sin ir a las acusaciones o evaluaciones de otra persona. Frases empezando por “Me siento...”, “Creo...”, “No me gusta”. ?
Empatía.
- La capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otra persona, ponte en su lugar para comprender mejor sus experiencias.
Fortalecimiento positivo
- Un método de psicología conductual en el que se alienta un comportamiento deseado (por ejemplo, por elogio, la atención, la recompensa) para aumentar la probabilidad de su recurrencia en el futuro.
Enfermedades psicológicas
Las enfermedades, la ocurrencia y el curso de las cuales dependen de la interacción de factores mentales y fisiológicos. A menudo asociado con emociones suprimidas o estrés crónico.
Inteligencia emocional
- La capacidad de comprender, utilizar y gestionar sus propias emociones de una manera positiva para aliviar el estrés, comunicarse eficazmente, empatía con otros, superar dificultades y resolver conflictos.
Autor: Su experto en psicología familiar para bashny. neto