Divertida historia de cómo mi hermano decano de la estrechó la mano

Catorce millones novecientos veintitrés mil novecientos veintiocho



Llegó ayer mi hermano, de la universidad de tristes sentimientos. Yo, por supuesto, de inmediato le preguntó:

— ¿Qué es? El examen está concediendo por todo? Han despedido?

— Sí, eso es... el Decano de la nuestra, me estrechó la mano...

— Bueno, ¿acaso no es motivo para enojarse? Por el contrario, estar orgullosos de ser!

— Ajá, orgulloso... Yo entre conferencias miró en el baño, ha tirado en sí mismo la puerta de la cabina, y allí el decano de la duma piensa. Me vio y lentamente lo extendió la mano, al parecer, para encubrir la puerta iba, pero estoy algo подрастерялся y esta la mano difícilmente se encogió, sí, y muy cerca de la puerta de la cabina se cerró...

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