El resentimiento es como agrio vino...

Parábola sobre el cáliz de la pacienciauna Vez al sabio vino un tipo y le suplicó: -¡Ayúdame, oh es el más sabio! Mi familia se está desmoronando debido a los constantes reclamos permanentes de agravios. Yo más no puedo hacer eso. Pero me ayuda a entender cómo comportarse.

 



 

— Trae el mañana jarra de vino agrio, — dijo el anciano. – Y yo постраюсь ayudarte.

Al día siguiente, cuando el chico trajo una jarra de vino, el viejo sacó varios cuencos de diferentes tamaños y dijo:

— La ofensa similar a esto, agrio del vino, pero paciencia — el cáliz. Se llena el vaso, se derramará el vino y esperar a que la desgracia. Y ahora vierta un poco de vino en la pequeña copa y bebe.

El muchacho llenó la copa, tomó un sorbo, hizo una mueca, pero terminó su vino.

- Mira, la taza está vacía, el resentimiento no. La manera que lo hace el hombre que ama, se traga el resentimiento. Vivir con él es fácil y agradable, pero si mucho de vinos podrás beber?

— No — respondió el chico. — Es probable que incluso la segunda copa no se pudiere.

— Resulta que si siempre vierta el vino, el hombre, cualquiera que éste sea amoroso, tarde o temprano se niega a beber, y a sus relaciones sern destruidos. Ahora vierta un poco de vino en un pequeño bol.

El chico comenzó a verter, pero aquí el sabio cogió la copa y arrojó el vino en su cara. El chico estaba petrificado por la sorpresa, y el sabio le dijo:

— A ver, la copa de nuevo vacía. Algunas personas no se tragan las ofensas, incluso si se trata de un pequeño cuenco, y de inmediato responden a ella de la agresión. Estos temperamento irascible, así que vierta les — él es más caro.

El sabio подвинул a la chica una copa grande y, como sólo él lo llenó, vierte el vino en la cabeza.

-Así se comportan tolerantes a la gente. La copa de ellos muy grande y llenarla muy difícil. Pero si esto ha ocurrido, espera la desgracia. Se ha quedado más grande de la copa.

El chico lo llenó con manos temblorosas y se sentó. El sabio levantó la copa y se ha demostrado que en ella hay una fisura, de la que en el suelo закапало vino.

— Son lágrimas, dijo el sabio. – Las lágrimas de los pacientes y amorosos de la gente. Si no vierta el vino, el vaso con el tiempo de almacenamiento. Pero si ella se llena...

El chico ha fruncido las cejas a la espera de flujo de vino agrio, pero el sabio quitó la copa y continuó:
— ... vas a perder a la persona.





El muchacho se puso de pie y con la reverencia y dijo:

— He comprendido todo, de es el más sabio!

— ¿Qué has comprendido? – preguntó el sabio.

— O mi esposa va a cambiar sí mismo la copa...

- O que?

— O yo me encuentro otra, con la taza de un tamaño más apropiado...

— Tonto — suspiró el anciano. Mejor haz él una jarra pequeña.

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Fuente: www.b17.ru/article/45390/