4 cosas por las que no debes asumir la responsabilidad


Podemos asumir involuntariamente la responsabilidad de cosas que no valen la pena o que no nos pertenecen en absoluto. Cayendo en la trampa de las expectativas y emociones de otras personas, la gente a menudo toma demasiado: se sienten culpables por los errores de otros, tratan de corregir el pasado de otra persona, salvar a los seres queridos de sus propias decisiones, reaccionan a la crítica como una frase. Tal comportamiento a menudo conduce a quemadura emocional, un sentido de ansiedad constante y destrucción de la autoestima.

¿Pero qué significa no asumir la responsabilidad? Esto no se trata de irresponsabilidad o indiferencia. En cambio, se trata de límites saludables, donde reconoces que cada adulto (incluyendo a ti) es responsable de sus propios sentimientos, opciones y consecuencias. Tan pronto como usted toma la responsabilidad "extra", usted comienza a vivir no su propia vida, sino también de otra persona. La investigación de la American Psychological Association confirma que los sentimientos excesivos de culpa y control sobre situaciones en las que no tenemos potencia real aumentan el estrés y el riesgo de depresión.

En este artículo, vamos a examinar cuatro casos específicos en los que la “responsabilidad” puede ser redundante e incluso dañina. El material está dirigido a una amplia audiencia de adultos, buscando desarrollar resiliencia emocional y entender dónde están los límites saludables entre “mi zona de influencia” y “la zona de responsabilidad de otras personas”. Te invitamos a leer e introspección reflexiva.


Parte principal
1. Otras emociones y sentimientos
Sucede que pensamos: “Si un ser querido es triste, es mi culpa” o “debo hacer todo para hacerlo feliz”. Por supuesto, cuidar de nuestros seres queridos es importante. Pero la empatía no puede confundirse con aceptar la responsabilidad por los sentimientos de los demás. Todo el mundo administra su propia vida interior: sí, usted puede apoyar, ofrecer ayuda, pero es imposible salvar a una persona de sus estados emocionales si no quiere cambiar.

  • Ejemplo: Tu amigo está molesto por las dificultades personales. Simpatizas, intentas animarte, pero él tercamente rechaza e insiste en "no salir". La culpa de “no puedo animarlo” es una señal de que has asumido la responsabilidad emocional de otra persona.
  • Consejo: Ofrezca soporte, pero entienda límites: los sentimientos son el territorio personal de otra persona. Usted puede ayudar con el consejo, la calidez, pero resolver problemas emocionales para otro – por encima de su fuerza.



2. Errores y decisiones de adultos
Un adulto maduro es responsable de sus errores y elecciones. Cuando tratamos de fregar por todas partes, tomando los errores de otros, no sólo estamos abrumados, sino que privamos de otra oportunidad para aprender de nuestros errores. En particular, esto es relevante en las relaciones familiares: los padres, protegiendo a los niños de cualquier consecuencia, pueden crecer una personalidad no independiente. O en una relación, el socio trata de “salvar” al otro de sus propias deudas, dependencias, problemas legales, etc.

  1. Guión: Su pareja toma un préstamo sin aprobación, gasta dinero descuidadamente, y cuando llega el momento de pagar, usted siente la obligación de “limpiar” la situación.
  2. Por qué es dañino: Primero, te drenas financiera y emocionalmente. Segundo, la gente no aprende responsabilidad.
  3. Modelo óptimo: Soporte sin “rescate total”. Discuta cómo su pareja resolverá el problema y cómo está dispuesto a ayudar dentro de límites razonables.

3. Elección y comportamiento de otros adultos
Cada uno de nosotros tiene derecho a tomar decisiones: qué hacer, qué carrera construir, con quién vivir. Si alguien cercano a nosotros escoge un camino que no nos gusta, pero es su elección consciente, no podemos tomar en “Tengo la culpa de dejar que suceda”. Incluso en amistad o parentesco, su consejo no siempre tiene que ser implementado – una persona puede tener diferentes puntos de vista.

  • Signal: Empiezas a sentirte culpable de que un amigo escogió el trabajo equivocado, el compañero equivocado. Pero es su vida.
  • Problema: Interferir con la libertad de otra persona puede conducir a conflictos graves. La gente tiene que ir a su manera, incluso con errores.
  • Qué hacer: Soporte si se le pide, pero no comando. No olvides tus límites: puedes hablar una opinión, pero no lo decidas.

4. Inapropiado comportamiento de extraños
En el espacio público o en el trabajo, nos encontramos con la rudeza, la agresión, la manipulación, pero no siempre tenemos que sentir “Hice algo malo porque reacciona así”. Algunas personas actúan por sus problemas internos y no son responsables de su comportamiento.

  1. Ejemplo típico: El cliente hizo un escándalo en la tienda, el vendedor comienza a pensar que “culpable, no le gustó”. Pero tal vez el cliente está de mal humor, y "sprayed" su ira.
  2. Peligro: Si usted percibe el comportamiento inapropiado de otra persona como su propia culpa, usted puede caer en un sentimiento de impotencia y ansiedad.
  3. Enfoque: Todo el mundo es responsable de sus propias palabras y emociones. Usted es responsable de su comportamiento, pero no de los gastos de otra persona.



¿Cómo distinguir entre tu propia responsabilidad y la de otra persona?
Usted puede estar preguntándose, “OK, ¿cómo sé dónde están mis límites y dónde están los demás?” La respuesta a menudo se encuentra en la fórmula: Sólo puedo controlar mis acciones, sentimientos y palabras. Las decisiones, reacciones, emociones no son mi área de control”. Si no podemos controlar los factores externos, no podemos ser responsables.

En psicología, existe un concepto de “deformaciones cognitivas”, como un “falso sentido de responsabilidad”, cuando la gente toma la culpa, aunque decenas de otras razones influyen en la situación. Según el NCBI, esta distorsión es característica de individuos con mayor ansiedad o formados en el patrón infantil de “agradar a todos”. Es importante notar estos mecanismos y reemplazarlos con una mentalidad más saludable: “Estoy haciendo lo mejor que puedo, pero no puedo ser responsable de cada aspecto de la vida o reacción de otra persona”.

Por supuesto, hay momentos en que tenemos que ser responsables de otros: niños, subordinados, pacientes (si eres un trabajador sanitario). Pero incluso siempre hay límites: el niño crece, aprende la independencia; el empleado tiene la responsabilidad profesional personal por su trabajo. La eliminación completa de su “compartido de responsabilidad” lo hace dependiente e infantil.


Cómo dejar ir la responsabilidad “excesiva”
Si tiendes a tomar demasiado sobre ti mismo, aquí están algunas recomendaciones:

  • Separa tu papel de otra persona. Haga una lista: “Estas son mis obligaciones, y estos son los asuntos personales de otro.” Ponga emociones, comportamientos y opciones allí: donde su zona de influencia termina, comienza la zona de otra persona.
  • Rastrea el idioma. Si usted dice “Tengo que hacerla feliz”, cambiar a “Puedo apoyarla, pero ella es responsable de su felicidad. ”
  • Analizar los beneficios y las pérdidas. Cuando tomas los problemas de otras personas, ¿qué obtienes a cambio? ¿Tal vez un sentimiento subconsciente de “lo necesito”? ¿O el miedo de estar solo si no “rescate”? Una vez entendido esto, es más fácil limitar una estrategia dañina.
  • Practicar “la compasión activa sin rescate. ” Escucha, haz preguntas, comprensión expresa, pero evita “Yo decidiré por ti”. Que la gente tome sus propias decisiones, tome las consecuencias.
  • Si es necesario, consulte a un psicólogo. Si te resulta difícil eliminar el peso de los problemas de los demás, aconsejarte puede ayudarte a entender las raíces de este patrón y aprender límites saludables.

Conclusión
Un sentido de responsabilidad es una calidad maravillosa cuando es acorde con sus habilidades reales y zona de influencia. Sin embargo, si tomas las emociones, errores, decisiones o comportamientos de otras personas, corres el riesgo de estar en constante tensión, culpa y ansiedad. Esto no sólo socava su equilibrio mental, sino que también impide que la otra persona crezca y tome la responsabilidad de su propia vida.

Piensa en cuatro cosas que no debes responder: las emociones de otras personas, los errores de otros adultos, sus opciones y el comportamiento inapropiado. Por supuesto, usted puede ayudar, simpatizar y ofrecer apoyo. Lo principal es no confundir la ayuda con el "rescate" total, no tomar una carga extra y no darse el placer del infantilismo de otra persona.

La clave de una relación armoniosa es ser capaz de apoyar y empatía manteniendo al mismo tiempo límites personales firmes. Por lo tanto, usted sigue siendo una persona abierta y cálida, pero no se convierte en una víctima o "resolver universal" de los problemas de otras personas. Recuerden, al final del día, cada adulto es responsable de su vida y felicidad, y sólo son responsables de su comportamiento, sus decisiones y sus sentimientos.