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7 tipos de personas que nunca debe pedir consejo de relaciones
Cuando hay dificultades en la relación, tratamos de compartir con experiencias cercanas, obtener apoyo y, quizás, buenos consejos. Sin embargo, no es tan simple: a veces es “buenas recomendaciones” que conducen a errores aún mayores. La razón es simple – no todo “advisor” tiene una experiencia de vida adecuada, la capacidad de entender los matices humanos y la capacidad de neutralizar la situación. Además, algunas personas tienden a transferir sus propios complejos y fracasos vitales a otros, aconsejando que ellos mismos no salvaron, pero sólo agravaron la situación.
En este artículo hablaremos de siete tipos de personas que nunca deberían pedir consejo de relaciones. El material es de carácter científico popular, basado en conceptos psicológicos generalmente aceptados e investigación de la Asociación Psicológica Americana (APA). Está destinado a una amplia audiencia de adultos, luchando por una interacción de alta calidad y consciente con socios, amigos y colegas.
El consejo es sólo opiniones, a veces dictadas por experiencia subjetiva o motivos posteriores. Al escuchar a alguien, esté atento a qué valores y estilo de pensar le transmite la persona. A menudo es mejor confiar en un profesional o alguien cuya vida personal demuestra la armonía y madurez que desea.
Parte principal
1. "Escépticos eternos"
El primero y probablemente uno de los tipos más peligrosos para obtener consejos son las personas que ven el mundo sólo en colores sombríos. Los escépticos, los críticos y los “malos predictores finales” tienen la capacidad de reducir todo a “nada funcionará” y “por qué intentar en absoluto”. Para ellos, cualquier novela está condenada al fracaso, y cualquier problema es un signo de profunda incompatibilidad.
- ¿Por qué no preguntas? Pueden “infectar” con su frustración. Comenzarás a ver el problema como insolvable, aunque haya maneras de salir.
- Alternativa: Si usted necesita una mirada desde el exterior, es mejor hablar con una persona que puede ver diferentes aspectos de una situación sin caer en el pesimismo.
2. Aquellos que no saben cómo construir relaciones estrechas
Si una persona no ha tenido una relación a largo plazo o se queja constantemente de que "todo alrededor es malo", su consejo es poco probable que sea útil para usted. Por supuesto, todo el mundo tiene derecho a la privacidad, pero al elegir un asesor, vale la pena considerar si tiene una experiencia exitosa en el campo que transmite.
- Síntoma: Siempre se pelea con los socios, vive en infinitas decepciones, pero al mismo tiempo se compromete a enseñarle a “tenerse correctamente”.
- Riesgo: Usted puede absorber actitudes negativas que sólo exacerbarán su conflicto o conducirán a rupturas inútiles.
- Observación: La experiencia no es el único criterio, pero si no es en absoluto, ¿de dónde viene la experiencia?
3. Demasiado resentido del mundo.
Algunas personas acumulan dolores durante años - en antiguos socios, en padres, en el destino. Su propio dolor se proyecta en consejo a otros: ¿Qué estás esperando? Él te traicionará, o todos los hombres y mujeres son iguales. Tal posición puede tener razones reales, pero es unilateral y a menudo injusta.
- Peligro: Mediante la adopción de sus agravios, se puede comenzar a ver socios a través del prisma de sospecha y desconfianza, que destruye cualquier relación.
- Estrategia: Es mejor escuchar a las personas que han logrado procesar el dolor y sacar conclusiones, no a las que están atrapadas en el pasado.
4. Gente crónicamente “perfecto”
En el otro extremo hay personas que crean la apariencia de una vida perfecta: sin arrugas en las relaciones, sin sonrisas interminables en la foto, sin indicio de peleas. Al escucharlos, corres el riesgo de perder de vista los verdaderos desafíos que vienen con cualquier sindicato. El consejo de tales “idealistas” es a menudo demasiado general y no tiene en cuenta los matices individuales.
- ¿Por qué precaución? “La gente de Ideal” generalmente silencia problemas y reduce todo al banal “confíe más”, “sólo se honesto!” Suena bien, pero no ayuda en un conflicto en particular.
- Mejor mira. Aquellos que reconocen que las relaciones requieren trabajo y están dispuestos a hablar de errores y compromisos.
5. Gossip y "cualquier razón para hablar"
Hay personas que les encanta discutir el negocio de otras personas. Pueden escuchar su historia, pero no ayudar, sino tener un tema nuevo con el que hablar. Es por eso que darles información sobre su vida personal es muy arriesgado.
- Qué esperar: Sus problemas se harán públicos, y el consejo sólo será una “cubierta” para preguntas.
- Consejo: Evite abrirse a tal gente porque cualquier palabra que diga puede usarse en un contexto poco saludable.
6. La gente siempre te dice que rompas.
Hay una categoría de amigos o conocidos que, cuando surge un problema en una relación, declaran inmediatamente: “¡Déjenlo ir!” Para ellos, separar es una solución universal. Contra el fondo de las emociones negativas, usted puede aceptar esto como cierto, pero vale la pena pensar: a veces, por supuesto, separar es justificado, pero no siempre.
- Motivo: Tal gente puede pensar que mantener una relación es difícil, y “¿por qué sufrir si usted puede terminarla?” Pero es un enfoque simplista que ignora el valor de trabajar juntos en conflictos.
- Piénsalo. ¿Quieres mejorar tu relación o quieres terminarla? El consejo apresurado para “romperlo todo” no tiene en cuenta la complejidad de la situación.
7. Personas que transmiten estilo de comunicación manipulador
Otro tipo de “advisor” son los que promueven activamente la manipulación: “Pretende cuidar, dejar que esté celoso”, “Use presión secreta”, “No hable directamente, hágale adivinar”. Estas estrategias pueden funcionar temporalmente, pero conducen a la desconfianza y la tensión.
- Riesgo: Te conviertes en jugador y pierdes tu sinceridad. El socio se siente artificial. Tal comportamiento puede destruir la confianza.
- Consejo: Las relaciones saludables se basan en el diálogo directo, el respeto y la transparencia, no en trucos y trucos.
Conclusión
Todos a veces buscamos consejo, o al menos oídos listos para escuchar, cuando hay una crisis, duda, o simplemente una necesidad de ojos frescos. Pero la elección de quién acudir es extremadamente importante. Si usted se dirige a personas que no saben cómo construir relaciones sanas, están excesivamente enojadas o incluso prefieren la manipulación, no se sorprenda que su consejo le lleva aún más lejos de resolver el problema.
Al escuchar la opinión de otra persona, haga preguntas: “¿Tiene esta persona una experiencia constructiva?”, “¿Tiene otros motivos como el resentimiento, la envidia, el deseo de usar mi situación para su propio beneficio?”, “¿Reflexionan sus palabras mis propios valores y acercamiento a la vida? ”
Es más prudente recurrir a psicólogos profesionales o personas cuyas historias de pareja inspiran confianza y admiración. Pueden al menos ofrecer una perspectiva basada en experiencias positivas personales (o profesionales). Si no hay tales opciones, puede ser más útil hablar con un amigo cercano que no da soluciones listas, pero le ayuda a formular sus pensamientos, haciendo las preguntas correctas.
Recuerda, la decisión es siempre tuya. Los asesores son sólo una “nada” y no la verdad definitiva. Considera el contexto, escucha opiniones diferentes, pero saca conclusiones de tus propios sentimientos y análisis racional. Después de todo, la sinceridad y el amor responsable son lo más importante en una relación, no siguiendo dogmas que provienen de personas cuyos valores pueden ser radicalmente diferentes de los suyos.