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Cav Семеныча
Muchas personas les gusta participar en las distintas competiciones. Y esto es bueno, ya que un sano espíritu competitivo y la emoción a nadie impidió. Pero, de todos modos no vale la pena desafiar el presente a los maestros de su negocio, de todos modos en el frío queda! El sitio cuenta una atractiva historia sobre un chico que ha decidido, que fácilmente puede superar a viejecito, pero ese no fue tan fácil!
A los 17 años me vine a trabajar a la obra, muy el dinero necesario. Me recibió allí el jefe de la brigada, puso en la mano una pala, y los condujo a una вагончику. Ha traído y dice que estaba sentado al вагончика угрюмого de personas de edad en hombres:
Es Semyonovich. Él te explicará y mostrará.
El jefe de la brigada se ha ido, dejándome sola con Семенычем. Me extendió su mano, me presenté, y nos fuimos a cavar una zanja.
Antes, yo con la pala era conocido sólo por вскапыванию de las camas en la casa de campo de la abuela, pero creía que esta experiencia me va a durar. Miro — semyonovich como algo lenta la pala trabaja lentamente y mirando el bullicio. "Bueno, os muestro la-ka, que puedo", pensé, y empezaba a cavar dos veces más rápido. Semyonovich, sin vacilar ni un único músculo en la cara, en silencio, se encontraba junto a mí.
"Y semyonovich bueno, resulta!" — pensé y comencé a cavar aún más rápido. Pero el hombre no se atrase, su rostro permaneció impenetrable, pala вгрызалась en la tierra.
"No, yo no lo dejaré. Ahora el vejete perder la fragancia..." — me vino a la cabeza. He reunido todas sus fuerzas y aún поднажал. Pero semyonovich no iba a fracasar y fácilmente superada por mí.
— Semyonovich, y cuando перекур? — le pregunté a él a través de la media hora de махания de la pala. Semyonovich simplemente se encogió de hombros, puso la herramienta y se ha sentado junto a траншеей.
He ido a la otra brigada, para sigaretku disparar el arma, el mismo no es. Un día me entregó el paquete y le preguntó:
— Y tú con Семенычем trabajas, ¿qué?
— Ajá. Y usted lo sabe?
— Todavía! Todo nuestro equipo lo sabe.
— Y que él es tan famoso?
— Y él, de 30 años, cavó la tumba antes de que nos la obra que ha de venir.
Ya me Семеныча cav no ha intentado.
via factroom.ru
A los 17 años me vine a trabajar a la obra, muy el dinero necesario. Me recibió allí el jefe de la brigada, puso en la mano una pala, y los condujo a una вагончику. Ha traído y dice que estaba sentado al вагончика угрюмого de personas de edad en hombres:
Es Semyonovich. Él te explicará y mostrará.
El jefe de la brigada se ha ido, dejándome sola con Семенычем. Me extendió su mano, me presenté, y nos fuimos a cavar una zanja.
Antes, yo con la pala era conocido sólo por вскапыванию de las camas en la casa de campo de la abuela, pero creía que esta experiencia me va a durar. Miro — semyonovich como algo lenta la pala trabaja lentamente y mirando el bullicio. "Bueno, os muestro la-ka, que puedo", pensé, y empezaba a cavar dos veces más rápido. Semyonovich, sin vacilar ni un único músculo en la cara, en silencio, se encontraba junto a mí.
"Y semyonovich bueno, resulta!" — pensé y comencé a cavar aún más rápido. Pero el hombre no se atrase, su rostro permaneció impenetrable, pala вгрызалась en la tierra.
"No, yo no lo dejaré. Ahora el vejete perder la fragancia..." — me vino a la cabeza. He reunido todas sus fuerzas y aún поднажал. Pero semyonovich no iba a fracasar y fácilmente superada por mí.
— Semyonovich, y cuando перекур? — le pregunté a él a través de la media hora de махания de la pala. Semyonovich simplemente se encogió de hombros, puso la herramienta y se ha sentado junto a траншеей.
He ido a la otra brigada, para sigaretku disparar el arma, el mismo no es. Un día me entregó el paquete y le preguntó:
— Y tú con Семенычем trabajas, ¿qué?
— Ajá. Y usted lo sabe?
— Todavía! Todo nuestro equipo lo sabe.
— Y que él es tan famoso?
— Y él, de 30 años, cavó la tumba antes de que nos la obra que ha de venir.
Ya me Семеныча cav no ha intentado.
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Conocía a un hombre, a quien él ha enviado... a la oficina de contabilidad
En семилетнем edad estoy como en casa, y de repente el timbre de la puerta