Un día se me en el móvil sonó de estafa. El clásico de divorcio:
— Пааапа! Me llevó a la policía! Ayúdame, papá!
En ese momento tenía 18, por lo que me ofigel, más de lo que mi hijo está sentado en el tramo, y el hecho de que tengo un hijo. Смекнув qué es lo que, he decidido no perder la oportunidad de un poco de diversión:
— ¿Cómo? ¿Qué ha pasado? Lo que pasó?
— ; Naan, que accidentalmente hombre mató! Ayuda! — me gritaba desde el otro extremo del alambre a llorar la voz.
— La policía cerca de ti?
— ¡SÍ!
— Así, pues oye aquí. Pruébalo desviar. Di que el papa ahora llegar y подвезет de dinero. Inventa, como atraer su gabinete, y el salta por la ventana. Allí mismo el primer piso? Te espero en el coche detrás de la esquina.
Encendido mi monólogo estafa escuchar no ha querido y ha dejado el tubo. Y yo todavía iba a enseñar, luego en américa latina, en cajas de plátanos vamos a transportar.
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