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El abuelo y la Bondad
En nuestro mundo a veces lo que se necesita. La gente vale la pena distraerse de sus pequeños problemas y mirar alrededor para darse cuenta de que muchos otros necesitan su ayuda. El sitio quiere compartir con el lector la reveladora historia de lo que tiene que hacer cosas buenas en todos los sentidos!
Recientemente a visitarme llegó mi querido abuelo Gloria, y entabló con nosotros a hablar con él sobre el tema del bien y del mal. Y dijo él a mí esta historia:
Cuando tu papá era pequeño, mis amigos y en invierno siempre limpiaban pista de patinaje sobre hielo, organizado en nuestro patio. Los niños cada día ha de ida de patinar y jugar al hockey sobre hielo, el corazón de gozo tal espectáculo. Y luego los amigos de mi hijo que dejaron de ir a la pista de patinaje sobre hielo que ha salido, que sólo ha perdido el interés. Sí, mis amigos y compañeros han dejado de ayudar a despejar. Durante mucho tiempo la pista de hielo se encontraba abandonado.
En 47 años me cambié a otro puesto de trabajo donde el esfuerzo físico fue mínimo, y he aquí mental, que es el máximo. Estar en casa en el sofá no estoy acostumbrado, quería moverse y hacer algo. Entonces me acordé sobre la pista de patinaje sobre hielo y decidido a despejar el mismo. Unos cinco minutos después de que me gradué de todo el patio han chocado niños con patines y palos. La nueva generación de niños ha llegado a nuestra pista de patinaje sobre hielo, así que me decidí a seguir después de cada fuertes nevadas en el cepillado. Pero el tiempo pasó, y estos niños crecieron y se marcharon quien donde.
Después de 8 años me he ido a la jubilación, la salud ya no dejaba trabajar a toda fuerza. La vida era, en general, no está mal, sólo el tipo de заметенного de la nieve de la pista de hielo un poco расстраивал. Pero en el cepillado no es para nadie más que los niños han dejado en él venir, ya que a ellos se los teléfonos inteligentes y equipos de...
Una mañana, cuando me picaba leña para la estufa, ha visto que cerca de la valla se detuvo el chico de los años veinte y cinco. Él divertido me gritó:
— Дядь glorias, no tienes porque esforzarte! Voy a ayudar?
No he tenido tiempo incluso decir la palabra, como él se acercó, tomó tengo un hacha y cortó gran montón de leña. Mozalbete con una sonrisa, me miró y dijo:
— Дядь glorias, no dude en ponerse en contacto, llama a si que. Yo mismo recuerdo, como usted, para nosotros, una pista de patinaje limpiaban. Si yo ahora no puedo, que yo después de esto voy?
Resultó que este muchacho era de los chicos que vino en la pista de patinaje sobre hielo, hace 8 años. Él ha crecido, acabado el instituto, sirvió en el ejército, pero todavía recordaba como yo semanal limpiaba la pista de patinaje sobre hielo. Imagínate, ahora cada semana viene a mí, y corta la leña!
Terminó mi abuelo su relato con estas palabras: "Haz el bien, nietas, y se te volverá".
via factroom.ru
Recientemente a visitarme llegó mi querido abuelo Gloria, y entabló con nosotros a hablar con él sobre el tema del bien y del mal. Y dijo él a mí esta historia:
Cuando tu papá era pequeño, mis amigos y en invierno siempre limpiaban pista de patinaje sobre hielo, organizado en nuestro patio. Los niños cada día ha de ida de patinar y jugar al hockey sobre hielo, el corazón de gozo tal espectáculo. Y luego los amigos de mi hijo que dejaron de ir a la pista de patinaje sobre hielo que ha salido, que sólo ha perdido el interés. Sí, mis amigos y compañeros han dejado de ayudar a despejar. Durante mucho tiempo la pista de hielo se encontraba abandonado.
En 47 años me cambié a otro puesto de trabajo donde el esfuerzo físico fue mínimo, y he aquí mental, que es el máximo. Estar en casa en el sofá no estoy acostumbrado, quería moverse y hacer algo. Entonces me acordé sobre la pista de patinaje sobre hielo y decidido a despejar el mismo. Unos cinco minutos después de que me gradué de todo el patio han chocado niños con patines y palos. La nueva generación de niños ha llegado a nuestra pista de patinaje sobre hielo, así que me decidí a seguir después de cada fuertes nevadas en el cepillado. Pero el tiempo pasó, y estos niños crecieron y se marcharon quien donde.
Después de 8 años me he ido a la jubilación, la salud ya no dejaba trabajar a toda fuerza. La vida era, en general, no está mal, sólo el tipo de заметенного de la nieve de la pista de hielo un poco расстраивал. Pero en el cepillado no es para nadie más que los niños han dejado en él venir, ya que a ellos se los teléfonos inteligentes y equipos de...
Una mañana, cuando me picaba leña para la estufa, ha visto que cerca de la valla se detuvo el chico de los años veinte y cinco. Él divertido me gritó:
— Дядь glorias, no tienes porque esforzarte! Voy a ayudar?
No he tenido tiempo incluso decir la palabra, como él se acercó, tomó tengo un hacha y cortó gran montón de leña. Mozalbete con una sonrisa, me miró y dijo:
— Дядь glorias, no dude en ponerse en contacto, llama a si que. Yo mismo recuerdo, como usted, para nosotros, una pista de patinaje limpiaban. Si yo ahora no puedo, que yo después de esto voy?
Resultó que este muchacho era de los chicos que vino en la pista de patinaje sobre hielo, hace 8 años. Él ha crecido, acabado el instituto, sirvió en el ejército, pero todavía recordaba como yo semanal limpiaba la pista de patinaje sobre hielo. Imagínate, ahora cada semana viene a mí, y corta la leña!
Terminó mi abuelo su relato con estas palabras: "Haz el bien, nietas, y se te volverá".
via factroom.ru
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