¿Qué aconseja el sacerdote Andrei Tkachev hacer si el alma duele?

“¿Cómo se hace negativa la percepción del mundo? ¿Por qué está envenenando no sólo a nosotros mismos, sino también a nuestros seres queridos? Y lo más importante – ¿cómo cambiarlo? – a estas preguntas la junta editorial "Site" Intentará responder hoy.



Habiendo alistado las sabias instrucciones del Arzobisto Andrei Tkachev, trataremos de descubrir la causa del origen del dolor en el alma humana y encontrar una manera de deshacernos de ella.

Si incluso la oración al santo apóstol Tomás de la adversidad de toda la vida, ni la oración de detención del viejo Pansofio de los Athos, cambiando la vida, no ayuda a superar la tristeza, vale la pena moverse a formas más radicales de eliminarla.



En cuanto a Andrei Tkachev, se acerca al problema de superar el dolor mental bastante filosóficamente. El clérigo repetidamente señaló que no hay manera más segura de deshacerse de pensamientos dolorosos que el que nos ofreció San Juan Crisóstomo – para deshacerse de menos dolor a través de más.



Todos sabemos cuando menos dolor físico disminuye durante más. Por ejemplo, cuando una persona sufre un trauma grave, un diente dolorido o una pequeña migraña no ocupa todos sus pensamientos. Una persona se centra en un problema más grande, dejando atrás la ansiedad de problemas menores.



De la misma manera, puedes deshacerte del dolor mental. “Imagina a Cristo y el horror que lo superó en el Jardín de Getsemaní. Entonces recuerda el sufrimiento que sufrió en el Calvario. Siéntelo con toda tu alma viviente, y que el gran dolor del sufrimiento mesías extinga el pequeño dolor infligido por el mundo, la carne o el diablo.



Todos tenemos que lidiar con problemas de vez en cuando. No hay manera de evitar el dolor. Sin embargo, debemos aprender a tratarlo con la sabiduría que la Sagrada Escritura nos enseña. Y pronto la vida adquirirá colores completamente nuevos y será mucho más fácil.



Todos estamos enfocados en nuestras propias vidas. Y así cada evento que sucede en él consideramos algo increíblemente importante. Cada problema parece grande, y el dolor es insoportable. Pero si lo correlacionamos con los tormentos sufridos por nuestro Salvador, podemos entender lo insignificante que es nuestra adversidad diaria. ¿Qué piensas?