Dicen que las mujeres son astutos...

Dicen que las mujeres son astutos. No lo sé. Cuando yo iba, nada me ha tomado. Sólo sus cosas. Tus regalos me ha dejado. Nada más hay que recordar nuestros meses vividos juntos. En que mi truco? Donde yo схитрила o se había burlado de ti? Todo este tiempo he sido honesta contigo. Puede ser, incluso, más honesta, más que con un vino.


Sólo mis cosas. Y un par de fotos en el teléfono. Y tu voz en la grabación. Y los bolsillos de los recuerdos. E incluso скомканное, y no hablado de mi "Amo", que yo albergaba en ropa interior en tu gris armario en el dormitorio. Todos esperando adecuado del caso, saque, considerado como preparado una sorpresa en el día de su cumpleaños. No ayudó mucho, recojo. Me costó todo. Sí, las mujeres son astutos. Recuerdas ese momento en el coche, en la primera noche? Ha llegado el momento de decir adiós. Me estaba esperando, cuando me поцелуешь. Has hablado divertido бестолковости. Yo sonreía. Miraba a ti en los ojos y pensaba en que de acuerdo a reflejarse en ellos para siempre. Para siempre no, lo entiendo. Pero esto no importa. Lo importante es que yo estaba de acuerdo. Me llevó con un beso también. Era invierno. Tú a menudo простужался. Yo cerraba las cortinas en tu dormitorio, a ti té de frambuesa. Ponía a mi lado en la cama y поила ti con la cucharilla. Me imaginaba, que es la magia de la taza, que te curará rápidamente. Antes de dar de beber de ti, yo le susurró "sim-силябим". No, no soy una bruja, pero la quería tanto, que no estaba enfermo. No te preocupes, la taza me ha dejado. Y la frambuesa. E incluso el hechizo. Sólo la memoria de este me costó. Yo recuerdo el olor de tus cabellos. Tu hombro en el que he dormido tantas noches. Como huele baño, llena de hombre парфюмами y hormonas. Recuerdo el sabor de un beso por la mañana y por la noche. La necesidad agudiza el ingenio — recojo también. Que discrepaban? Por la mañana más de la ternura, en la noche del animal. Pero ya era y viceversa. Algo de lo que eran. No puedo recordar. ¿Olvido? La memoria de la mujer, también, la necesidad agudiza el ingenio. Ya no recuerdo, en tus ojos más de aceitunas o de canela. Olvidado, lloraba si me сгребая los restos de recuerdos, tratar de sumar en el cordel llenado de la maleta, para que a escondidas de ti realizar. No aparece en la memoria de la última puesta de sol. Rojo sangre o de todos modos burdeos? Cuando decidimos separarnos, recuerdo que dolió en el pecho. A la izquierda o a la derecha? De arriba o de abajo? El corazón o el hígado? Ya no recuerdo. Y el último beso? La puerta de entrada? Te gustaría llevar me la maleta? Sí, nos besamos. Pero no recuerdo que tengo algo que sentía. Yo se las cobró. Y en sí mismo, el olvido, el lanzamiento de la ventana, como los italianos cosas innecesarias. Simplemente debido a su sentido de auto-preservación. Considero, por último, y cerrando los ojos, echo en el olvido. Puede ser tóxico. Peligroso. Fatal. Cualquier persona, de ido recuerdos. En particular, este pequeño y arrugado pedazo de "Amo", que se ha quedado a mí, неотданный. Se puede una vez de matarme. Autor: Elena Андрейчикова

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