Sentado en un inodoro, de repente volando avispón gigante y me cae en los pantalones...

Quince millones quinientos veintidos mil seiscientos cuarenta



Me lo mordí el abejorro — la sensación, por decirlo suavemente, no de las buenas. Primero sintió un fuerte golpe, y luego se hinchó la pierna, comenzó la picazón y muy duele la cabeza. Subió la temperatura, la ha dejado en un sudor frío. Bien, todo va bien terminó.

El otro día sentado en la normal rural la letrina, nadie трогаю. Ante los ojos aparece el monstruo, y le maquinalmente el periódico. Y éste cae directamente a mí en los pantalones. Una pesadilla! Yo es directo y saltó de la taza del baño. A los 15 minutos golpeaba los pantalones de la pala, descalzo y desnudo en el quinto punto. Volvió en sí cuando la esposa preguntó suavemente con un porche:

— Linda, que bueno que te este hecho?

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