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Como una buena azafata trataba de ayudar a un pasajero superar аэрофобию
Cinquenta y cinco millones seiscientos cinquenta y cuatro mil doscientos trece
Vuelo Moscú — Nueva York". En la cabina de un avión lleno de pasajeros que van más allá de las azafatas. De repente uno de ellos comenta вцепившегося en los brazos de la silla, el hombre que, literalmente, дрожащего de miedo. Ella se dirige a él:
— Señor, que con usted? Puede ser, te traigo un poco de coñac, entonces usted полегчает?
Después de unos largos segundos de la lucha consigo mismo pasajero responde:
— Sí, ser tan amables.
La azafata le trae el coñac y sale adelante. De nuevo pasando por la de ese hombre, se detecta en el más triste de la situación.
— Lo siento, señor, puede, y la segunda, una copa de coñac le ayudará?
El hombre apenas perceptible asiente con la cabeza. Azafata con los pies corre en el bar y le trae de coñac. A la llegada se ve que el estado para empeorado: literalmente llorando y pálido como una sábana. Buena chica completamente perplejo se dirige a él:
— Sí lo mismo con usted, señor? Yo trabajo como auxiliar de vuelo ya diez años, pero nunca en todo este tiempo no he visto ni una sola persona que es tan miedo de volar...
— Cariño... Yo no temo operacional. Sólo estoy tratando de dejar de beber!
via factroom.ru
Vuelo Moscú — Nueva York". En la cabina de un avión lleno de pasajeros que van más allá de las azafatas. De repente uno de ellos comenta вцепившегося en los brazos de la silla, el hombre que, literalmente, дрожащего de miedo. Ella se dirige a él:
— Señor, que con usted? Puede ser, te traigo un poco de coñac, entonces usted полегчает?
Después de unos largos segundos de la lucha consigo mismo pasajero responde:
— Sí, ser tan amables.
La azafata le trae el coñac y sale adelante. De nuevo pasando por la de ese hombre, se detecta en el más triste de la situación.
— Lo siento, señor, puede, y la segunda, una copa de coñac le ayudará?
El hombre apenas perceptible asiente con la cabeza. Azafata con los pies corre en el bar y le trae de coñac. A la llegada se ve que el estado para empeorado: literalmente llorando y pálido como una sábana. Buena chica completamente perplejo se dirige a él:
— Sí lo mismo con usted, señor? Yo trabajo como auxiliar de vuelo ya diez años, pero nunca en todo este tiempo no he visto ni una sola persona que es tan miedo de volar...
— Cariño... Yo no temo operacional. Sólo estoy tratando de dejar de beber!
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