Acerca de la justicia es))

Mi hija llegó vacaciones en Viena y dijo. Ella montó en la primavera en el metro de Viena a su universidad. En la siguiente estación, el tren llega a un negro con una bolsa de papas fritas y se sienta frente a la típica mujer austríaca de edad - no es un tipo de stervochek bien conservado suavemente lamer y eternamente insatisfecho. Y empezó a resentir aburrido - por ejemplo, vienen en gran número aquí son diferentes, se sentaría a sí mismo en África en sus palmas, y luego pasarlos no - y así sucesivamente. Ella tomó su despotricar todo el coche. Un hombre negro, por cierto es la especie bastante inteligentes sigue a sentarse en contra de ella y poco a poco tiene sus propias fichas.
 Simplemente se pone vieja, ella continúa ardiendo en lo que dicen y ir a ninguna parte está ahora en Viena, a lo largo de diferentes variopinto, y el metro era debido a las diferentes alienígenas y desigual nagazheno aquí y así sucesivamente. Un hombre negro no presta atención a ella y entusiasmo tiene sus propios chips continuó.
 Y aquí viene el controlador de tren. En Viena, se puede andar sin un boleto para el año, y nadie, por regla general, no se comprueba, pero si se detecta controlador - Khan, les gusta bulldogs no van a ceder, y no cree en las lágrimas. Y el controlador comprueba meticulosamente todos los billetes de orden, los compara con el tiempo y, en general hacer todas las instrucciones. Y la vieja, sosteniendo delante de su billete, continúe buhtet aburrido lo que dicen en este negro y el billete-probablemente no es, y por qué debe contener diferentes monos en su dinero, y eran ellos en su tierra natal, por lo que no - vienen en gran número aquí y los puertos de aire.
 Un hombre negro se sienta tranquilamente en su contra y sigue atentamente cirugía estética de sus fichas.
 Y, por último, el regulador vino a esta anciana, pero por un momento antes de que él se volvió hacia ella, un hombre negro en silencio sacó de su boleto y lo envió a la boca después de los chips que fueron con entusiasmo para masticar. La anciana se puso rígido, se quedó mirando sus dedos vacíos, que acaban de tener su boleto justo pagado y jadeó cuando las palabras simplemente atestadas en la garganta, lo que interfiere con los demás.
 En este punto, el controlador se volvió hacia la anciana y le exigió un boleto. La pobre anciana podría silbar sólo una - "El negro se lo comió!". Razulybalsya Negro, se encogió de hombros, movió su dedo a su templo y sacó del bolsillo de su propio boleto para la verificación, deberá declarar en el mismo tiempo en un perfectamente correcta alemán. Después de esta pobre, adormecido por una abuela tales bases terribles fue expuesto al controlador desde el coche y llevado a la policía, y el negro siguió metódicamente absorber sus chips y guiñando provocativamente alrededor ...

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