Lo que su más asombrosa vez se le preguntó al Dalai Lama.


Él respondió:
 - Hombre. Al principio, él sacrifica su salud con el fin de hacer dinero. Luego se gasta dinero en la restauración de la salud. Al mismo tiempo, él está tan preocupado por su futuro que nunca disfrutar el presente. Como resultado, él no vive ningún presente o futuro. Vive como si nunca mueren, y lamenta que mueren que vivieron.