Qué oración debe decirse en la Anunciación

El 7 de abril, la gran fiesta de la Anunciación es el día en que la Santísima Madre de Dios recibió la buena noticia del arcángel Gabriel de que se convertiría en la madre del Hijo de Dios. Y es en esta gran fiesta que es costumbre ofrecer oraciones especiales a la Madre de Dios, porque tienen un poder especial.





La Iglesia llama a la Virgen María la madre de todas las naciones. ¿Quién confía más niños que sus madres? ¿Quién más está buscando protección? Y en la gran fiesta de la Anunciación, se escuchan oraciones en todas las iglesias que glorifican a la Madre de Dios. Hay tres...

Oración a la Madre de Dios: Cada persona es culpable. Somos gente ordinaria, nadie puede vivir una vida de santidad absoluta. El justo no es el que no ha caído, sino el que ha resucitado, se arrepintió de lo que hizo, y pidió misericordia y perdón. Vamos a la Virgen no sólo para solicitudes, sino también con arrepentimiento.





Esta oración es para aquellos que buscan el perdón de Dios. Estas palabras te ayudarán a superar las tentaciones y te llenarán de fuerza para vencer el pecado.

Ruego a ustedes, la Santísima Madre de Dios, mientras caigo, ruego: Yo veo, Reina, porque peco y enojo incesantemente a su Hijo y a mi Dios.

Y muchas veces me arrepiento, encuentro una mentira delante de Dios, y me arrepiento de temblor, porque el Señor no me hiera, y hago lo mismo por una hora. Esta guía, mi Señora, la Santísima Madre de Dios, si no tienes misericordia, si no me fortaleces,
¿Por qué no siempre haces bien por mí?





Peleamos a Ubo, señora, porque no soy en modo alguno en odio de mis malas acciones, y con todos mis pensamientos amo la ley de mi Dios. Pero no sabemos, oh Señor, dónde odio, cuando me derretí, y me rebelo.

Pero no dejes que mi voluntad sea cumplida, oh santísimo, porque no es como es, sino que la voluntad de tu Hijo y de mi Dios esté en mí, para que yo pueda salvar y comprender, y darme la gracia del Espíritu Santo, para que a partir de ahora el mal deje de ser hecho, y el resto de los que viven en los mandamientos de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, toda gloria, honor, adoración y grandeza sea ahora Padre Santo. Amén.





Cada creyente con mayor reverencia reza a la Madre de Dios, volviéndose a ella con peticiones de ayuda, protección, otorgando suerte. Antes de crear algo nuevo e importante, todos necesitan ayuda. Oramos por María para guiarnos al camino correcto.

Para pedir ayuda a la Madre de Dios, hay que decir esta oración. Si usted pregunta sinceramente, la Virgen María siempre escuchará.





Recibid, Señora Todopoderosa, Todopoderosa de la Madre de Dios, estos dones honorables, a vosotros uno aplicado de nosotros, indigno de vuestros siervos, escogidos de todas las generaciones, el más alto apareció a todas las criaturas del cielo y de la tierra. Para Por tu bien, el Señor puede ser fuerte con nosotros, y por Tu conocimiento del Hijo de Dios, y ser digno de Su Santo Cuerpo y Su Sangre Pura.

Bienaventurados sois vosotros en los géneros de nacimiento, queriendo a Dios, querubines de la luz y Serafines del ser más honesto. Y ahora, oh Madre santa de Dios, no dejes de orar por nosotros, indigno de tus siervos, para librarnos de todo consejo malo y de todas las circunstancias, y para mantenernos sin daño de toda excusa venenosa del diablo.

Pero hasta el final, por Tus oraciones, manténganos, como por Tu intercesión y ayuda somos salvos, gloria, alabanza, acción de gracias y adoración para todos en la Trinidad al Dios Único y todo el Creador, ahora y para siempre. Amén.





La tercera oración tiene un poder especial en la boca de la madre. Esta es una oración que una mujer puede pedir a la Virgen protección para sus hijos. La oración más importante para todas las madres. Es necesario leerlo en la Anunciación, y recordarlo siempre.





Oh Madre Santísima de Dios, salva y conserva bajo Tu techo mis hijos (nombres), todos los jóvenes, jóvenes y bebés, bautizados y sin nombre y en el vientre de la madre llevados. Cubridlos con el manto de vuestra maternidad, guardadlos en el temor de Dios y en obediencia a sus padres, orad a mi Señor y a vuestro Hijo, para que les dé lo que es útil para su salvación. Los doy al reloj de tu madre, porque tú eres la cubierta divina de tus siervos.

Madre de Dios, guíame a la imagen de tu maternidad celestial. Sanar las heridas espirituales y corporales de mis hijos (nombres) causadas por mis pecados. Le doy a mi hijo totalmente a mi Señor Jesucristo y a tu más pura protección del Cielo. Amén.





Todas estas oraciones tienen un gran poder. Lo principal es decirles con un corazón puro, sincero y del corazón. Entonces la Madre de Dios os escuchará y os protegerá de todo mal.

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Averigüe qué hacer y qué no hacer en la gran fiesta de la Anunciación.

Además, no te olvides de una de las oraciones más fuertes – el sueño 56 de la Virgen. Repita lo más a menudo posible...

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