Un día, el reloj de Picasso fue robado.





Pablo Picasso vino a Londres para conocer a un amigo. Pero cuando salió del tren, un astuto ladrón le robó un reloj caro. Picasso fue a la policía inmediatamente. El policía que lo conoció reconoció inmediatamente al famoso artista, se desmoronó en cumplidos y preguntó cómo podía ayudar.

- El artista dijo que me robaron mi reloj en la estación. Eran muy queridos para mí.

- ¡Qué pena! ¿Recuerdas cómo luce un criminal?

- Sí, claro. Era de estatura corta y...

El policía interrumpió a Picasso:

- Lo siento, pero ¿podría pintar su propio retrato? ¡Eres un artista! Es que nuestro especialista está en el hospital y no tenemos otro.

El artista estuvo de acuerdo. Por la noche había pintado el retrato y lo había llevado a la comisaría. Al día siguiente, tres viejos, dos chicas, un autobús y cuatro cocodrilos fueron arrestados por sospecha de robar un reloj.

¡El sitio está ahora en compañeros de clase! Prensa:

via factroom.ru