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"El último mohicano"
Boa Promedio murió la semana pasada a los 85 años. Este es el último residente de las Islas Andamán, que sabe cómo hablar el lenguaje de Bo. Es el nombre de la tribu, cuyo lenguaje es uno de los 10 grandes adverbios de Andaman, que se remontan a la época en que el hombre prehistórico apareció por primera vez en África hace unos 70 mil años.
Los representantes de la tribu Bo aparecieron en el actual territorio de las islas Andamán hace 65.000 años y lograron sobrevivir a casi toda la historia de la humanidad. Por desgracia, la civilización moderna, con sus avances tecnológicos resultó fatal para la tribu. Bo se quedó hasta el final, incluso se las arregló para sobrevivir a un tsunami asiático terribles de 2004, la ocupación japonesa y las enfermedades que los colonizadores trajeron de vuelta al siglo 19.
Por desgracia Bo no tenía hijos, y su marido murió hace unos años. Durante mucho tiempo, esta era la única mujer en la tierra el portador de la lengua materna, por lo que se sentía muy solo, como dicen comunicarse con sus lingüistas.
Sin embargo, hasta los últimos días de Bo mantienen un sentido del humor contagioso y algunos eruditos se las arregló para comunicarse con ella en una mezcla de todos los diez de nombrar a las tribus locales. Hasta el final de sus días vivió en una pensión miserable de 500 rupias (algo alrededor de 350 rublos) por mes en una pequeña casa construida de estaño y de concreto, la cual fue concedida por el Gobierno de la mujer. También recibió comida gratis.
Fuente:
Los representantes de la tribu Bo aparecieron en el actual territorio de las islas Andamán hace 65.000 años y lograron sobrevivir a casi toda la historia de la humanidad. Por desgracia, la civilización moderna, con sus avances tecnológicos resultó fatal para la tribu. Bo se quedó hasta el final, incluso se las arregló para sobrevivir a un tsunami asiático terribles de 2004, la ocupación japonesa y las enfermedades que los colonizadores trajeron de vuelta al siglo 19.
Por desgracia Bo no tenía hijos, y su marido murió hace unos años. Durante mucho tiempo, esta era la única mujer en la tierra el portador de la lengua materna, por lo que se sentía muy solo, como dicen comunicarse con sus lingüistas.
Sin embargo, hasta los últimos días de Bo mantienen un sentido del humor contagioso y algunos eruditos se las arregló para comunicarse con ella en una mezcla de todos los diez de nombrar a las tribus locales. Hasta el final de sus días vivió en una pensión miserable de 500 rupias (algo alrededor de 350 rublos) por mes en una pequeña casa construida de estaño y de concreto, la cual fue concedida por el Gobierno de la mujer. También recibió comida gratis.
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