Perdición


Un residente de Los Ángeles iba a hacer reparaciones en el techo de su casa. Siendo un hombre de una previsión prudente, se hizo cargo de los seguros y atado con una cuerda, y el otro extremo de la cual está ligado previamente a los coches de choque estacionados en el patio. Pero se olvidó de advertir a su esposa. Y que justo en ese momento decidió dar un paseo a las tiendas, se puso al volante y de repente dio un tirón de sus asientos. Pobre viejo arrancó el techo y arrastrado por una cuerda detrás del coche de la primera tienda, que dejó a su esposa.
Los cirujanos lograron rescatar a la víctima. Pero la historia tenía una secuela. En honor al regreso de su marido en el hospital, su esposa decidió tener una pequeña fiesta. Antes de la llegada de los invitados que eran fumadores, decidió llenar el encendedor de gasolina. Lo hizo sobre el inodoro, donde una buena cantidad de gasolina derramada. Inmediatamente después de la anfitriona fue al marido aseo aquejado de un cigarrillo, se sentó de nuevo, sin envolver revista favorita y habitualmente arrojó el gobio aseo de los cigarrillos. Hubo una explosión, lo que dio lugar a la pobre hombre recibió quemaduras extensas, resultó el testimonio de los médicos que no son compatibles con la vida.