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¿Cuánto pesa una oración
¿Cuánto pesa una oración? Un amigo mío una vez, traté de encontrar la respuesta a esta pregunta, pero hasta el día de hoy se pierde en conjeturas. Aunque una vez la búsqueda de su poco éxito...
En ese momento, él era el dueño de una pequeña alimentaria de los puestos de comida en el west side, que en la ciudad de nueva york. Iba 1918; en vías de navidad. Alrededor de una semana antes de la fiesta en el banco miró cansada de la mujer. Ella quería preparar a los niños en navidad, pero el dinero en productos que no tenía, y le pidió a tendero de ayuda.
– ¿Qué tienes? – preguntó él.
– Mi marido murió en la guerra – respondió la mujer. – No tengo nada que ofrecer, además de un solo de la oración.
En aquellos años mi amigo no tenía especial el sentimentalismo. Esto es comprensible, ya que la tienda no es esto!
– Escribe su oración – replicó él, y empezó a servir el próximo comprador.
Para su sorpresa, la mujer sacó de su bolsillo con cuidado una hoja de papel doblada, cuidadosamente ha desenvuelto y se extendió a través del mostrador:
– Aquí está. "La grabé ayer en la noche. Hija нездоровилось, y yo no dormía.
Sin ser consciente de la forma de proceder más lejos, el comerciante ha tomado nota, y de inmediato se arrepintió de ello. Que ahora a hacer con ella? Que decir? De repente se dio cuenta. Ni siquiera mirar el contenido de una hoja, se la puso en la copa antiguos de pesos, y dijo: "Ahora sabemos cuánto pesa tu oración!"
Él puso en la opuesta de la copa panecillo de pan. Increíble, pero la copa no bajaba! No se cayó y entonces, cuando se añadió a la torta de pan, otro paquete, luego otro y otro...
Tenía que deshacerse de esta mujer, ya que en la tienda ya se juntó un montón de gente! La copa no bajaba. El tendero побагровел, por la persona de su irrumpió un sudor frío...
Finalmente me dijo: "Bueno, todo, más acá de la nada no cabe. Aquí tienes el bolso. Забирай!" – y se apartó.
Con lágrimas en los ojos, la mujer tomó la bolsa y comenzó a poner en ella los productos. El tendero trataba de no mirarla, pero, para su desgracia, el paquete que él le dio, era bastante grande, y toda la multitud estaba claro que la zona en la que aún abundan.
Sin decir una palabra, el comerciante puesto a la venta una gran corona de queso. Y si él aunque en el segundo размяк y miró a la mujer, sería recompensado tímida sonrisa y en sus ojos leí sería la expresión más profunda gratitud.
Dios habla con nosotros en el idioma de nuestros sentidos
Las personas que viven relajados
La mujer se ha ido, y el tendero ha echado comprobar que la balanza, con la ayuda de los cuales sólo el que se atendió a la anterior del comprador. La balanza se ha roto. Como y cuando esto sucedió, él no entendía.
Mi amigo nunca antes había conocido a esta mujer. No aparecía ella en su tienda y después. Pero hasta el fin de sus días recordaba mucho mejor que todas las otras mujeres, nunca переступавших el umbral de su banco. Y toda su vida se la guardaba para sí mismo la hoja de inocentes palabras de la oración: "el Pan nuestro de cada día, dánoslo hoy".publicado
Fuente: mon-sofia.livejournal.com/2164714.html
En ese momento, él era el dueño de una pequeña alimentaria de los puestos de comida en el west side, que en la ciudad de nueva york. Iba 1918; en vías de navidad. Alrededor de una semana antes de la fiesta en el banco miró cansada de la mujer. Ella quería preparar a los niños en navidad, pero el dinero en productos que no tenía, y le pidió a tendero de ayuda.
– ¿Qué tienes? – preguntó él.
– Mi marido murió en la guerra – respondió la mujer. – No tengo nada que ofrecer, además de un solo de la oración.
En aquellos años mi amigo no tenía especial el sentimentalismo. Esto es comprensible, ya que la tienda no es esto!
– Escribe su oración – replicó él, y empezó a servir el próximo comprador.
Para su sorpresa, la mujer sacó de su bolsillo con cuidado una hoja de papel doblada, cuidadosamente ha desenvuelto y se extendió a través del mostrador:
– Aquí está. "La grabé ayer en la noche. Hija нездоровилось, y yo no dormía.
Sin ser consciente de la forma de proceder más lejos, el comerciante ha tomado nota, y de inmediato se arrepintió de ello. Que ahora a hacer con ella? Que decir? De repente se dio cuenta. Ni siquiera mirar el contenido de una hoja, se la puso en la copa antiguos de pesos, y dijo: "Ahora sabemos cuánto pesa tu oración!"
Él puso en la opuesta de la copa panecillo de pan. Increíble, pero la copa no bajaba! No se cayó y entonces, cuando se añadió a la torta de pan, otro paquete, luego otro y otro...
Tenía que deshacerse de esta mujer, ya que en la tienda ya se juntó un montón de gente! La copa no bajaba. El tendero побагровел, por la persona de su irrumpió un sudor frío...
Finalmente me dijo: "Bueno, todo, más acá de la nada no cabe. Aquí tienes el bolso. Забирай!" – y se apartó.
Con lágrimas en los ojos, la mujer tomó la bolsa y comenzó a poner en ella los productos. El tendero trataba de no mirarla, pero, para su desgracia, el paquete que él le dio, era bastante grande, y toda la multitud estaba claro que la zona en la que aún abundan.
Sin decir una palabra, el comerciante puesto a la venta una gran corona de queso. Y si él aunque en el segundo размяк y miró a la mujer, sería recompensado tímida sonrisa y en sus ojos leí sería la expresión más profunda gratitud.
Dios habla con nosotros en el idioma de nuestros sentidos
Las personas que viven relajados
La mujer se ha ido, y el tendero ha echado comprobar que la balanza, con la ayuda de los cuales sólo el que se atendió a la anterior del comprador. La balanza se ha roto. Como y cuando esto sucedió, él no entendía.
Mi amigo nunca antes había conocido a esta mujer. No aparecía ella en su tienda y después. Pero hasta el fin de sus días recordaba mucho mejor que todas las otras mujeres, nunca переступавших el umbral de su banco. Y toda su vida se la guardaba para sí mismo la hoja de inocentes palabras de la oración: "el Pan nuestro de cada día, dánoslo hoy".publicado
Fuente: mon-sofia.livejournal.com/2164714.html