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El destino no cambia
Gran guerrero japonés Nobunaga decidió atacar a un enemigo que superaban en número a diez de sus soldados. Sabía que iba a ganar, pero sus soldados no estaban seguros. En el camino se detuvo en un santuario sintoísta y dijo:
- Cuando salga del templo, que va a lanzar una moneda al aire. Caída escudo de armas - ganamos, caer figura - perdieron la batalla.
Nobunaga entró en el templo y comenzó a orar en silencio. Entonces salió del templo, arrojó una moneda. Escudo de armas cayó. Soldados con tanta furia se precipitó en la lucha que derrotó fácilmente enemigo.
- No cambie cuando se opera la mano del destino, - le dijo el ayudante después de la batalla.
- Eso es correcto, no cambie - confirmó Nobunaga, mostrándole monedas falsas con los brazos a ambos lados.