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¿Te refieres al final de una relación?

Cheating es un duro golpe para cualquier relación, pero no siempre se convierte en su final final. Mucho depende de la profundidad del problema, de los motivos de la acción y de la voluntad de ambos socios de superar esta crisis. Algunas parejas, habiendo experimentado la traición, se vuelven aún más fuertes, mientras que otras se dan cuenta de que la confianza se pierde irremediablemente.
¿Cuándo puede romperse una relación?
Si la traición no fue un error espontáneo sino una elección consciente, un escenario recurrente, las posibilidades de recuperación se desplomaron. Especialmente si el socio que ha violado la lealtad no siente un remordimiento sincero, sino que culpa al segundo o justifica sus acciones.
Cuando un vínculo emocional con otra persona viene junto con la infidelidad física, a menudo indica una alienación profunda dentro de la pareja. Si después de revelar la verdad, la parte engañada ya no se siente segura, no puede deshacerse de pensamientos y sospechas obsesivas, la relación puede convertirse en una formalidad dolorosa.

¿Cuándo es posible arreglar todo?
Hay una posibilidad de reconciliación si ambos socios están dispuestos a trabajar duro en la relación. Aquí puede observar los siguientes matices:
- El punto clave es una conciencia sincera de la culpabilidad de aquellos que cometieron un error, sin intentar cambiar la responsabilidad.
- Es importante ser abierto, responder a preguntas dolorosas, y paciente, porque la reconstrucción de confianza lleva meses y a veces años.
- La pareja debe trabajar juntos lo que llevó a la aventura: tal vez la relación ha tenido largo tiempo sufrimientos no expresados, frialdad emocional o necesidades no cubiertas.
- A veces necesitas la ayuda de un psicólogo familiar que ayudará a expresar constructivamente sentimientos y reconstruir la intimidad.
A veces las relaciones no pueden ser restauradas. En el recurso Kiev Girls, en este caso, usted puede encontrar la oportunidad de recuperarse, distraerse y pasar un buen rato.
¿Qué haces en una situación como esta?
Lo primero y lo más importante es darse tiempo para reflexionar sobre lo que pasó, sin tomar decisiones precipitadas bajo la influencia de las emociones. Vale la pena preguntarte honestamente: ¿Todavía hay amor y deseo de intentar mantener viva esta relación? ¿Está listo el compañero tramposo para una transformación completa de su comportamiento, no sólo una disculpa formal? Es igualmente importante analizar si hubo un par de problemas crónicos que permanecieron sin resolver durante años. A veces la infidelidad se convierte en una señal dolorosa, pero importante que la relación ha sido sostenida por la inercia. De cualquier manera, la elección de perdonar o salir siempre depende de los traicionados, una opción que merece respeto.
La infidelidad deja atrás no sólo una herida – cambia el tejido mismo de las relaciones, su química emocional. Incluso si la pareja decide permanecer juntas, la antigua serenidad se pierde. Un nuevo paisaje más complejo emerge, donde cada palabra, cada mirada toma un fondo doble. Algunos lo llaman “nueva normalidad” – un estado donde el amor existe junto con el dolor, y la confianza debe ser recogido.
Curiosamente, los psicólogos señalan que las parejas que han experimentado infidelidad y han logrado restaurar relaciones a menudo pasan por una especie de metamorfosis. Su conexión se vuelve menos romántica, pero más consciente. Aprenden a hablar de lo que han estado en silencio durante años, y comienzan a apreciar la fragilidad de la confianza. En cierto sentido, la crisis los obliga a crear nuevas reglas del juego más justas y transparentes. Todo depende de una variedad de factores, pero las posibilidades son a veces muy buenas.