Es una divertida anécdota acerca de un hombre rico y un viaje al balneario

Sesenta y nueve millones seiscientos noventa mil quinientos treinta y cuatro



Se reunió como un rico hombre de la marina de la localidad. Antes de la llegada de su jefe en el hotel fue de su secretario general, para todos los efectos de controlar. Al llegar, se encontró con el dueño de un hotel de cinco estrellas y se fue de excursión a la cercana territorio. Llegaron a la playa, el secretario y dice:

— Así, así es que tienes aquí?

— Y no lo ves? Guijarro. — respondió el dueño del establecimiento.

— No, guijarros, a mi jefe no le gusta. Así que, toda la piedra de la playa de eliminar, en lugar de ello, espolvorear con todas las de blanca y fina arena.

— Lo siento, pero es bastante caro.

— No hay problema! — respondió el secretario general, ha abierto la maleta y le entregó el propietario del hotel, varios paquetes de стодолларовых de los cortes.

Han ido más allá, se detuvo cerca del agua. Secretario:

— Así, y es que aquí con ustedes?

— ¿Cómo qué? El mar, por supuesto.

— Figovoe algo de mar, en un sucio charco parece. Esto es así, el agua en el mar de limpiar, filtrar, todas las piedras del fondo de levantar y hacer que onda накатывали a la orilla con intervalos de treinta segundos.

— ¿Tiene usted alguna imaginar cuánto valdrá la pena? Aquí mismo trabajo, no en un día, es necesario atraer a profesionales! — se rebeló el propietario de un hotel.

— No hay problema! — el secretario general ha sacado de nuevo varios paquetes de dólares y entregó a su hombre.

Han ido más allá, la mirada del secretario encontré con una bandada de gaviotas, кружащих por encima de la orilla.

— Así, y qué es eso?

— Las gaviotas...

— No, gaviotas aquí no debe ser. Así que, gaviotas todos necesitamos un lugar donde poner, dejar dos de los más bonitos, los que pasean por la playa, pero no despegar.

— ¿De qué? Bueno, digamos que las gaviotas nos quitamos... Pero las otras dos también se entrena... Es increíblemente caro.

— No hay problema! — respondió el secretario general, dio el dinero restante y se marchó.

A los pocos días llegó su jefe en un hotel de cinco estrellas. Salió después de un delicioso almuerzo a la orilla del mar, y allí está la belleza! La arena alrededor de la blanca-blanca, aguas cristalinas, las olas en la orilla con cuidado ya ruedan, cerca del agua con orden entra vapor de las gaviotas. El hombre se sentó en la tumbona y con entusiasmo le susurró:

— Eso es un sí! Bueno, excepto tal красотищу se puede comprar con dinero?..

via factroom.ru

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