El británico David Martin durante las reparaciones descubiertos en la chimenea de su casa esqueleto de un ave. Al final resultó que, los restos pertenecían a un espía alado durante la Segunda Guerra Mundial, que accidentalmente cayó en una chimenea y quemado, y no la entrega de un mensaje cifrado al destinatario. Ahora la lucha por el intérprete nota - siempre y cuando su contenido no está claro. Según los expertos, estas cápsulas se fijan soldados saboteadores.