En las ciudades durante mucho tiempo no había alcantarillado, no hay baños públicos. La gente tiraba basura
justo en la calle, donde se mezclan con la suciedad del camino y estiércol de caballo, y es necesario que acaban de celebrar
en el río o en los jardines urbanos. Sólo al final del siglo XIX hubo la higiene y el saneamiento como categoría urbana.